26 noviembre 2005

¿Hacia donde vamos?

Sufrimos una involución. En vez de mirar hacia delante y tener cada vez horizontes mas amplios, cerramos nuestra mente, nos calamos la boina hasta el entrecejo, y buceamos en lo mas proceloso de nuestro pasado para destruir nuestro futuro.
Vivimos en una sociedad abierta, multiétnica, pluricultural... estamos en plena formación de esa gran comunidad llamada europa. ¿Verdad ...?.
Es una bonita quimera, una utopía que se queda en declaración de intenciones sin posibilidades.
En este país, que mal que les pese a algunos se llama España, avanzamos cada vez mas deprisa hacia atrás. Dantesco y surrealista, pero no menos cierto. Basta con fijarnos en los acontecimientos ocurridos durante los meses prebélicos del 36 para darnos cuenta que la situación social y política prácticamente es un calco. Vamos, que pese a que una vez tropezamos siguiendo ese camino, volvemos a cogerlo despreocupadamente, que ya se apartara la piedra de nuestra recorrido.
Cuando nuestra mirada debiera estar puesta en sentirnos ciudadanos, primero de Europa y después del mundo, nos dedicamos a invocar oscuros derechos históricos con el apoyo de los tiranuelos de turno, que parecen haber salido directamente de lo mas tenebroso de la edad media, y los erigimos en lideres. Nos perdemos en absurdos debates sobre si "tu manipulas la historia, o yo soy nación diez siglos antes". Lo mismo da que se reescriba la historia, o que se emplee la verdadera. Cualquier postura basada en hechos acaecidos hace cientos de años, no solo es retrograda, simplista y trasnochada, sino prueba de inmadurez y de escaso nivel intelectual. Son iguales los clásicos y mas conocidos (Catalanes, Vascos...), que los mas modernos y pujantes (Gallegos, Castellanistas...). Ninguno vela por el desarrollo de la sociedad, sino que promueven el individualismo y la insolidaridad. La descentralización que tanto arguyen, únicamente sirve para crear mas jerifantes que en el mejor de los casos y si no existe corrupción (casi imposible), disparan el gasto en administraciones duplicadas.
Culturalmente y en aras de potenciar "idioma y tradición", se excluye al resto para crear futuros autistas funcionales; con gran formación en las raíces de su terruño, pero sin la preparación necesaria para poder mirar mas allá de sus narices.
Ahora bien, mirado desde otra perspectiva la situación es perfecta. Convertirnos en minúsculos grupúsculos, sin peso ni poder internacional, y fácilmente gobernables con el dinero de cualquiera, es el caldo de cultivo perfecto para convertirnos en pasto de las multinacionales que harán y desharán a su antojo. Cada vez nos parecemos mas a esas etnias africanas que se destrozan entre ellas mientras grandes empresas esquilman sus recursos y pisan sus derechos. Pero claro, luego los civilizados somos nosotros, porque no utilizamos machetes sino reformas constitucionales.
Así que no nos extrañe el día en que la franquicia que haya comparado nuestra Región/Provincia/Ciudad
/Comunidad de Vecinos-Estado, la cambie el nombre por "MaTTELdrid" o Playlencia de Esteision.

En el fondo yo estoy contento, mi casa esta construido sobre los restos del incendio que, dicen, hizo un día una chispa de la fragua de Hefesto; y teniendo en cuenta que alguna de las letras de mi nombre coinciden,
según Virgilio, con dos o tres de las del hijo del titán de Hiparión a quien el Dios construyó un carro, ya tengo el camino abierto. Me voy a auto proclamar emperador del barrio. Impondré el cobro de diezmos a todos mis vecinos, y por su puesto y respaldado del derecho histórico que poseo en mis genes y revestido del fundamento divino de mis ancestros, reinstaurare el de pernada, que ya va siendo hora.

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